abril 13, 2013

"Siempre" By Drivialida Capitulo 2


Capitulo 2
– Conóceme –

La tarde iba transcurriendo, ambos chicos caminaron rumbo al parque, Bill iba del lado derecho y Tom del izquierdo, conversaban de cosas banales hasta que Tom preguntó…

Oye, y ¿Por qué se mudaron?

Verás, el abuelo de papá fundó una compañía en su juventud, el vivía aquí, así que por lógica la oficina central está aquí, papá vivió toda su vida en Berlín pero han habido algunos problemas con el administrador a cargo aquí, así que mi abuelo envió a papá para que la dirija y vuelva todo al orden, mientras que mi tío Jhon queda al frente en Berlín… - explicó el pelinegro

Suena interesante… - comentó el rubio abrazando su patineta

Si, lo es, lo único poco genial de venir a vivir aquí es que no conocemos a casi nadie, mamá vivió aquí hasta los dieciséis, pero como ya te dije papá ha vivido toda su vida en Berlín y lo mismo sucede conmigo… - habló cabizbajo

Claro que conoces a alguien aquí – refutó Tom

¿Sí? ¿A quién?

Pues a mí, tonto – sonrió Tom

Tienes razón – rio Bill

Bienvenido al parque, un lugar donde puedes pasar horas sin que nadie te moleste, a excepción de los domingos que es cuando vienen los niños del barrio y no hay tranquilidad aquí y en ningún lado… debes cuidarte las espaldas… – presentó de manera singular Tom

Es precioso – comentó Bill repasando con la mirada todo el lugar – es mejor que el que tenía en Berlín…

¿Cómo que tenías? – habló Tom algo confuso

Eh… bueno… pues veras… a papá no le gustaba mucho que saliera cuando era pequeño, así que mandó a hacer un pequeño parque en casa… - habló sonriendo – era quizá la mitad de éste…

¡El parque mide más de un kilómetro cuadrado! – casi gritó Tom

Si… lo supuse… el mío era pequeño y daba a una carretera antigua de Berlín… una vez me perdí en el… - rio

Así que por lo que me cuentas debiste vivir en una mansión… - comentó más para sí Tom

Es de mis abuelos… - habló como si nada

Ok… y entonces ¿este parque te gusta más? – lo vio

Si… - suspiró

Ven vamos a recorrerlo, caminaron juntos por un sendero algo estrecho adentrándose lentamente en la vegetación del lugar, Bill observaba los árboles con los ojos encendidos de admiración e inocencia, Tom caminaba con la vista en Bill… el pelinegro le atraía en cierto sentido… No sexualmente, simplemente algo en él le llamaba la atención, muy cierto que su familia era de dinero sin embargo a él le faltaba algo que el pelinegro tenía de sobra, porte y garbo, además que su piel pálida era todo un espectáculo en el lugar, muy pocas eran las personas sanas que osaban estar pálidas…




¿Pasa algo? – escuchó la voz de Bill

¿Eh? – lo vio despistado

Te he estado hablando por varios minutos y no me has contestado aun – lo observó fijo clavando sus orbes marrón en las de Tom, que dicho sea de paso también tenía los ojos de dicho color

Disculpa, estaba perdido… - se disculpó apenado el rubio

Creo que ya te aburriste conmigo – habló algo triste el pelinegro – debiste haber ido a esa fiesta…

¡No es eso! – Refutó – simplemente que tenía la mente ocupada cabildeando sobre ti…

¿Eh? – Lo vio extrañado – ¿yo que tengo que ver con tus devaneos mentales?

Pues precisamente eso… digamos que tú tienes mucho de lo que a mí me falta, aunque seamos de la misma posición económica – desvió la mirada

¿A sí? – Alzó una ceja arrugando la frente levemente – ¿cómo qué cosas?

Eres correcto al hablar, tienes garbo, porte y aires de fineza – señaló Tom

Hace diez minutos te llamé idiota, así que no soy lingüísticamente correcto… no creo que tenga garbo y mucho menos porte, mírame parezco un fideo con piernas… y fineza tampoco, observa como visto, no es nada elegante – se rió de sí mismo

Pues aunque digas lo que digas, a mí me das esa impresión – contestó el rubio – sonriéndole.

Eres el primero al que le doy esa impresión – se rió – no suelo dar impresión de algo…

¿Estás loco? Pero si eres demasiado impresionante como para dejarte pasar… - dijo viéndole fijo – tienes algo especial chico, algo que ni yo mismo sé que es…

Es quizá que soy extraño… - respondió más para sí que para Tom.

Pues tu extrañeza te vuelve genial.

Claro… oye, este lugar es hermoso… - comentó cuando ya habían hecho un buen trecho, los árboles se elevaban como grandes colosos que observaban al par de chicos, habían hojas secas del otoño pasado aun esperando que la pudrición las hiciera su víctima y solo el silencio resonaba en el lugar.

Es mi escondite – rió Tom – suelo venir aquí cuando el mundo me parece un asco, simplemente camino o busco un buen tronco donde sentarme y me olvido de todo…

Buen recurso, eres el primero al que escucho confesar que le gusta darse sus escapadas a la soledad, las personas no suelen admitir que a veces es necesario estar solo, les aterra la sola idea de encontrarse solitarios… - comentó recordando a Brandon y como negaba sus necesidades…

Tienes razón, no suelo confesarlo a cualquiera, ya sabes tengo una reputación que cuidar, pero siento que eres el tipo de persona al que le puedes confesar algo y no lo revelará… ¿es así o me equivoco?

No te equivocas rubio, si me cuentas algo no lo revelaré, ya en el pasado hice la estupidez de contar algo a quien no debía y las cosas terminaron mal, por eso decidí que si las personas confían en mí no defraudaré esa confianza… es quizá un trauma o una decisión míralo como más te guste, sin embargo ten seguro que si me pides que guarde un secreto lo haré, de mis labios jamás saldrá lo que me has confiado… - comentó firme aunque con un dejo de tristeza, recordaba a Brandon.

¿Qué sucede Bill? – cuestionó al notar que el pelinegro se había puesto triste de repente.

Recuerdos que no deben estar ya en mi memoria – contestó sentándose en un tronco viejo tirado el suelo.

Los recuerdos son eso Bill, recuerdos, están allí para que sean usados cuando lo necesitemos, no los evites solo aprende a convivir con ellos, son parte de tu historia y te hacen más fuerte… ya sea bueno o malo no lo puedes olvidar siempre estará allí…

Lo pones de una manera tan lógica y sensata que me convences… ¿quién diría que un rubio descoordinado sería tan profundo? – rió

Hey, ¡tú fuiste él se atravesó! – atajó defendiéndose y quitándole toda la seriedad que había tomado la conversación – tú eres el que no se fijó…

Se vieron en silencio antes de soltarse a reír como tontos, ya habían tenido esa discusión y era bobo volver a tenerla, sus risas resonaban en el eco de los árboles, varias palomas se posaron en las ramas para observar al par de chicos que reían sin fijarse en el mundo, solo ellos existían, solo ellos vivían… el móvil de Bill vibró en el bolsillo de su pantalón, aún con las lagrimas de risa en los ojos vio quien le llamaba, su padre, le hizo una seña a Tom para poder contestar.

-Dime padre
-no me fijé, lo lamento…
-estoy bien, iré ahora mismo…
-no, no es necesario que vengáis por mi sé donde estoy
-ya, vale llego
-claro, te veo.

Lo lamento, tengo que irme - dijo al cortar la llamada.

¿Y eso? – interrogó Tom con algo de pesar, no le gustaba tener que despedirse del pelinegro.

El decorador quiere comenzar con mi habitación y necesitan que esté allí para aprobar o desaprobar algo, soy de gustos poco convencionales – comentó.

Bueno, entonces te acompaño a casa – habló Tom poniéndose de pie.

No es necesario…

Oye, quiero acompañarte y si te digo que lo haré es porque así será quieras o no ¿entendido? – comentó tomándole del brazo y comenzando a caminar.

Eres un tipo muy testarudo – comentó Bill divertido.

Sonaste a mi madre – rió.

Y tú a la mía – rió también.

¿Y qué música te gusta? – preguntó el rubio.

Bueno me gusta el pop, rock y la música clásica… - comentó – ¿y a ti?

El hip hop – dijo sonriendo.

Debí adivinarlo, tienes toda la pinta.

Es cierto…

Y por cierto ¿tienes novia? – preguntó, al segundo se arrepintió pero ya había abierto la boca así que no le quedaba más que esperar a que le contestaran, ¿realmente le interesaba saber eso?

¿Intentas seducirme acaso? – Se hizo el coqueto – si es así dímelo…

Si que eres bobo – contestó seco – solo era curiosidad pero creo que con esa actitud ninguna chica te ha de voltear a ver…

Hey, para que lo sepas hay varias chicas esperando a que este cuero les haga caso – rió por la mirada molesta de Bill – sin embargo, no, no tengo novia… paso por una etapa en donde no sé si me van las chicas o los chicos…

¿Me estás diciendo que eres gay? – habló alto el pelinegro con algo de sorpresa

Te he dicho que no lo sé, y no lo grites que eso me toca hacerlo a mí, mejor dime ¿tú tienes novio?

¿Eh?, ¿Cómo sabes que me van los chicos? – habló Bill bajito, casi en un susurro y con la mirada asustada.

Soy buen observador, con tu cuerpo y tu voz, tu forma de moverte denota que eres el pasivo, además te expresas como una chica, no digo que se te note en todo pero tengo amigos que son gays y he aprendido a identificar cuando a un chico le van las chicas o los chicos – comentó de lo más natural.

Bueno, sabes tienes razón, no he tenido muchas experiencias pero creo que si soy lo que tu llamas pasivo… - se sonrió, nunca pensó que encontraría alguien como Tom que le inspiraba tanta confianza, era así que ya había aceptado sin remilgos su condición sexual.

Eso quiere decir que si tienes novio – comentó sin mucho afán.

En realidad no… o eso creo, verás es complicado… - comentó sabiéndose tonto por no poder explicarlo – verás “Él” se ha quedado en Berlín y aun no sé si después de pelear la noche antes de venir hacia acá aún seamos algo…

Comprendo… pero bueno, trata de aclarar las cosas, puede que aun te considere su novio o que ya esté pensando en buscar a alguien más… - dijo fácil viendo la tristeza en los ojos de pelinegro – perdón dije algo muy estúpido, te dolió, lo lamento…

Tranquilo, tienes razón ya lo he pensado y he querido llamarle pero aun no he tenido el valor, de hacerlo… - comentó viendo que se encontraban frente a su casa ya – bueno Tom, aquí vivo…

Espero volver a verte… ¿me das tu móvil? – comentó el rubio sacando el suyo para anotar el del chico.

Claro – sonrió quitándole el móvil al rubio y anotando el suyo – debo irme, puedes llamarme si quieres, o simplemente borrarlo si te parece…

¡Oye! si te lo pedí fue porque lo quiero tener no para borrarlo ¡si que eres cabezota! –rió Tom de buena gana – y por cierto llámale, es mejor que aclares todo, o de lo contrario pueda que estés disponible y no lo sepas… hazlo así sabrás en que quedaron…

¡lo haré! – dijo viendo como el rubio comenzaba a caminar, se quedó parado un segundo pensando en que Tom era sin duda un ser bastante peculiar, se sonrió para luego caminar a la entrada de la casa… no se podía quejar, había conocido a alguien que le había agradado en serio…

Tom iba en su patineta rumbo a casa tratando de no pensar en el moreno pero se le hacía imposible… algo le decía que a partir de ese momento su vida tomaría un rumbo poco predecible…

¡Ay Bill! ¿Serás tan importante como creo que lo serás? – Suspiró viendo cómo caía la tarde – espero que lo seas… lo espero… - se dijo volviendo a suspirar sonriéndose, ese chico había calado hondo en él… muy hondo

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