mayo 05, 2013

Siempre Capitulo 5 By Drivialida

Capitulo 5
– La niñera Parte II –

¡Tú debes ser Bill! – intervino Jimmy haciendo que tanto el rubio como el castaño dejaran de rumiar maldiciones mentales en contra del otro y se fijaran en el moreno que parecía algo desubicado

Eh… sí, soy yo, Bill Kraller… tu eres Jimmy ¿cierto? – le sonrió ignorando a los demás fijando su atención en el pequeño rubio que lo observaba con sus ojos casi azules “muy distintos a los de Tom” pensó Bill

Tom se comporta como nena cada vez que te menciona – rió ganándose una promesa de asesinato por el rubio mayor y una risilla de parte del moreno.

¿Por qué lo dices? – intervino Georg algo más relajado e interesado en el tema, eso sería un haz bajo la manga que podría utilizar contra Kaulitz.

Eso a ti no te importa – habló enojado y tomando de la mano a Bill para llevárselo lejos del castaño que puso cara de pocos amigos por la actitud del niño.

Niño hijo de…

¡Cállate Listing! Con mi hermano no te metas, no seas cabrón – dijo Tom molesto por la actitud del castaño.

Kaulitz, parece que te llevaste el premio mayor, fuiste el primero en conocer a ese suculento chico – sonrió de lado Georg

Parece que te llama mucho la atención, sin embargo para que quede claro Bill no es un premio, además el destino decidió que me topara con él y no tú, así que deja de joder y ya dime que mierda quieres – habló viéndolo directamente a la cara poniendo cara de fastidio.

Solo quería decirte que Julie ya está disponible por si deseas follártela – sonrió con malicia picando el ego herido de Tom quién se mordió los labios para no soltar una que otra grosería no apta para los oídos de su hermano

Hay una gran diferencia entre tú y yo Listing, Julie no me interesaba en lo más mínimo, era mi amiga hasta que tú decidiste engañarla y confundirla, qué bueno que le aprovechaste porque ahora mismo estás perdido – le sonrió de una manera poco bonita haciendo que el castaño se estremeciera.

¿Me estás amenazando?

Tómalo como una advertencia – dijo comenzando a caminar hacia donde Bill y Jimmy reían a gusto – y por cierto, no vuelvas a llamarme…

El castaño bufó, eso no se iba a quedar así, ahora Tom tenía a su nuevo capricho y no pensaba dejárselo para él solo, ese niño era realmente apetitoso, de una especie rara y curiosa que embrutece los sentidos, se mordió los labios observándolo por última vez, dio la vuelta y volvió a casa, Bill iba a ser suyo, eso era definitivo, ahora era personal.

¿De qué hablan? – preguntó Tom al llegar junto a los chicos

Jimmy me contaba sobre su último accidente – rió Bill

Si, es gracioso ahora, pero lo hubieras visto llorar como nena cuando cayó de las escaleras, entonces no era gracioso e hizo que mamá llamara al médico – rió viendo como su hermanito arrugaba la nariz en señal de disgusto – es un llorón

¡No soy una nena! – gritó poniéndose rojo de la vergüenza