Capitulo 4
– La niñera Parte I –
Tom despertó a las diez de la
mañana con el cuello doliéndole como maldito, movió la cabeza de lado a lado
haciendo una mueca por el dolor, se levantó del diván donde se había quedado
dormido, tenía puesta una manta –seguramente había sido su madre- aspiró el
aire matutino de que colaba por su balcón, se rió de sí mismo por haberse
quedado dormido afuera con los audífonos puestos, se los quitó lamentando que estuviera
muerto su reproductor, se estiró reacomodando todos los huesos de su espalda y
caminó rumbo al baño, por el camino tiró el reproductor en algún sitio, se
quitó la ropa y abrió la llave del agua fría, se arrojó como valiente ahogando
un grito cuando el agua fría tocó su piel cálida, al aclimatarse sus músculos
se relajaron y el dolor de cuello desapareció, dejó que las gotas de agua se
llevaran lejos el resto de somnolencia que le quedaba, aplicó el shampoo a su
cabello rubio, pasó la pastilla del jabón por su pecho bien formado, le
siguieron los muslos duros por el ejercicio de la patineta, cubrió cada
centímetro de su cuerpo con el jabón de olor a avena que usaba, dejó que el
agua barriera y limpiara la jabonosa superficie que lo cubría, al terminar puso
una toalla en su cintura y salió buscando que ponerse, ese día volvería a ver
al chico vampiro.
Una camiseta blanca tres
tallas mayor que la de él, y un jean azul claro también grande para su talla,
sus tenis negros favoritos y listo, bajó a desayunar esperando encontrar a
Jimmy en la mesa, y tal como lo esperaba sucedió, su hermano menor un rubio de
unos diez años estaba sentado esperando que le sirvieran el desayuno, su padre
había ido a trabajar y su madre al Spa, una de las sirvientes puso el plato con
comida frente a él y atacó devorando todo a su paso, era lógico no había comido
la noche anterior.
Tom, el lobo feroz – se burló
Jimmy con su peculiar risa de niña.
Cállate enano – rugió con la
boca llena – tengo demasiada hambre.
Si eso no tienes que decírmelo
– volvió a reír dándole un mordisco a su tostada con jalea de manzana – oye,
mamá dijo que volvía a las seis, así que tienes que cuidarme.
¿Qué? ¡No! ¡Hoy no puedo
Jimmy! – habló casi atragantándose por la noticia – tengo una cita…
¿Con una chica? – dijo
ilusionado el chico, esperaba que Tom saliera ya con alguien.
No, parece pero no es, es un
chico que acabo de conocer… - habló sonrojado
¿Eres gay? – lo vio el niño
curioso
No, tonto, quizá no me
expliqué bien, es un amigo que acabo de conocer, acaba de llegar a la ciudad, y
quiero que me ayude a aclarar ciertas cosas – dijo sonriendo antes de que una
voz le susurrara “no mientas, solo quieres verlo porque te parece hermoso”
Ah, claro, y por eso dijiste
“cita” – habló el niño viéndolo con interés – no te preocupes, si eres gay te
acepto como tal, eres mi hermano.
¡Qué considerado! – dijo riéndose
nervioso, algo le decía que esperaba esa reacción en caso de que le gustaran
los chicos pero en sus padres.
No quiero ser la tercera rueda
en tu cita – dijo el niño poniendo cara de cachorro bajo la lluvia – puedes
llamar a la niñera…
Dije que no dejaría que esa
mujer te cuidara otra vez, casi mueres en la piscina la ultima vez – dijo Tom
cogiendo su móvil y lamentándose tener que cancelar la ida al parque con Bill,
más siendo él quien lo había citado – le llamaré para avisarle que debo
cuidarte…
Buscó el número del vampiro y
marcó, esperó a que contestara, cada sonidito de llamada aceleraba su corazón,
¿Cómo iba a decirle que ya no le podía ver? ¿Y si después ya no quería
hablarle? ¿Y si el vampiro había vuelto con su novio?...
¿Hola? – la voz de Bill sonó
feliz al otro lado de la línea.
Hola Bill, soy yo Tom – habló
algo inseguro, la voz del vampiro era tan sexy.
Ah, hola rubio – rió Bill -
¿qué sucede?
Bill, no sé cómo decirte esto…
pero creo que tenemos que cancelar nuestra “cita” en el parque… - habló triste.
¿Y eso porqué? – también su
voz sonó triste
Verás… mis padres me dejaron a
cargo de Jimmy, mi hermano menor y aunque tengo la opción de llamar a la
niñera, no lo quiero hacer, ella se parece a Vicky de Los padrinos mágicos…
¿los has visto?
¡Rubio que cosas dices! – Rió
Bill de buena gana – ¿y si lo llevas con nosotros?, no es que seamos novios
como para que se sienta la tercera rueda, además me encantaría verte para
contarte que sucedió con el chico del que te hablé…
Tienes razón – habló con falsa
felicidad, eso por alguna causa le había dolido un poco, y esa voz molesta le
decía un “Te lo dije” – le preguntaré a Jimmy, te envío un texto ¿vale?
Ok, avísame, de cualquier
forma iré al parque… me gustó… - comentó suspirando con el pensamiento puesto
es su chico de cabellos negros – hasta luego rubio…
Adiós Vampiro – dijo cortando
antes que Bill reaccionara, si él le decía rubio ¿por qué no le podía decir
Vampiro?
Jimmy se rió de buena gana al
ver como se ponía Tom hablando con esa otra persona del otro lado de la línea, ese
al que llamó “Vampiro”, ganándose una mirada de incertidumbre de parte del
mayor que no entendía que era tan gracioso para el pequeño, pero bueno ya le
preguntaría luego, lo importante ahora era si Jimmy aceptaba la propuesta de
Bill, de cualquier forma se conocerían algún día, Tom estaba demasiado seguro
que ese moreno tenía un papel muy importante en su vida…
¿Quieres venir conmigo al
parque? – le dijo esperando que Jimmy aceptara, realmente quería ver al vampiro
¿No es tu novio verdad? – dijo
picando a Tom, quien se sonrojó hasta las orejas
¡Claro que no! Ya te lo dije,
es solo un chico que conocí, un nuevo amigo – habló lastimándose emocionalmente
con su respuesta “solo un amigo”
¿Seguro que no quieres dejarme
con la niñera?
No, de hecho Bill quiere
conocerte…
¿Así que se llama Bill? – ese
niño era demasiado perspicaz para su edad
¿Vas o no? – lo vio serio
maldiciéndose por haber dicho el nombre de “su” vampiro.
Claro, ahora tengo curiosidad…
- habló malévolamente corriendo a su habitación dejando medio plato con comida
aún, Tom lo vio, negó con la cabeza y continuó comiendo, esperando a que
llegara la hora de ver al vampiro…
¿Entonces puedo ir? – dijo Bill
viendo con ojos de cachorro a su madre esperando su respuesta respecto a
dejarlo ir al parque esa tarde.
Está bien, pero llévate el
móvil, luego lo vives dejando en cualquier lado y no hay como encontrarte –
habló dándole un trago a su zumo de naranja
¡Gracias! – Sabía que le
dirían que sí de cualquier forma pero no podía dejar de preguntar, además
estaba demasiado emocionado, tener a Tom como amigo y a Brandon su novio sin
problemas, eso lo hacía muy feliz, pensó que conocer al hermano de Tom sería
definitivo o le caía bien o le caía mal, “la primera impresión es lo más
importante” se dijo después que Tom le enviara un texto para confirmar su “cita”,
como él le había llamado, en el parque, al terminar de desayunar ocupó su
tiempo en ordenar unos discos y hablar con Olive por chat, le contó sobre su
vida nueva y el rubio Tom, además de su reconciliación con Brandon.
Pronto la tarde llegó, Bill se
arregló lo más que pudo, por una extraña razón sentía que debía verse bien
frente a Tom, obvió el pensamiento que le recordaba que así empezaron las
señales cuando comenzaba a enamorarse de Brandon, justo a tiempo terminó de
arreglarse, no había comido porque bueno… había decidido saltarse la comida,
tomó su móvil y salió rumbo al parque, iba tranquilamente caminando cuando
alguien le dio alcance, un chico de cabellos castaños semi largos y mirada
verdosa.
Disculpa, ¿eres nuevo aquí? –
habló con de forma muy sensual que hizo a Bill estremecerse
Sí – contestó cohibido por la
pregunta.
Oh, no te asustes, soy Georg
Listing y solo quería presentarme – le sonrió el castaño provocando una ola de
alivio en el moreno.
Ah… bueno gracias – sonrió –
me llamo Bill.
Eres hijo de los Kraller
¿cierto? – volvió a sonreír
Si… ¿conoces a mis padres? –
habló dudoso
Mis padres los conocen, de
hecho mamá fue con tu madre a la secundaria.
¡Qué pequeño es el mundo! –
sonrió ampliamente.
Y ¿A dónde vas?
Al parque… quedé de verme con
un amigo allí – comentó comenzando a caminar
Oh, ¿no te molesta si te
acompaño? – sonrió siguiéndole
Claro que no, has sido amable
conmigo y es lo mínimo que puedo hacer… - sonrió
Oye, irás al mismo colegio que
yo, estudio en el “Intelectus”
¿En serio? Es bueno saber que
ya conozco a dos personas allí – sonrió recordando que también el rubio iba a
ese colegio.
¿Conoces a alguien más de
allí? – comentó algo serio, se había prometido ser el primer amigo de Bill y
parece que alguien ya le había robado ese privilegio, era una lástima - ¿a
quién?
Quizá le conozcas – sonrió ampliamente
– se llama Tom…
¿Kaulitz? – habló Georg con
asombro.
No sé, no me dijo su apellido…
Te lo describiré, rubio, de
rastas y amante de una patineta ¿es ese?
El mismo – rió Bill
¿Cómo te topaste con él?
Por error – volvió a reír
Bueno, es un buen tipo, me
alegra haber perdido contra él – murmuró sonriéndose
¿Qué dijiste? – Bill le vio
serio, había escuchado lo último y no le había gustado nada
No, no lo entiendas mal,
sucede que cuando mamá me comentó que vendrían a vivir acá me prometí ser tu
primer amigo pero veo que Kaulitz se adelantó, hasta cierto punto me da gusto
que fuese él y no cualquier otro, aquí hay tipos y tipas muy raros y raras… -
sonrió devolviéndole la calidez al rostro de Bill
Bueno, supongo que eso me hace
sentir mejor… - sonrió
Por cierto, tu madre me dijo
que eres bueno para cantar – rió Georg
Mi mamá suele decir muchas
cosas, como “mi hijo es guapo” aunque no sea así, creo que tiene miopía materna
– rió – es cierto que no desafino pero tampoco soy un tenor…
Exijo escucharte para creer en
lo que dices – sonrió Georg poniendo un puchero que le pareció adorable a Bill
Cuando muera, no me gusta
hacerlo en público – habló el moreno divertido, entre plática y plática habían
llegado al parque donde dos rubios platicaban arrojándose hojas el uno contra
otro, Bill observó la escena y le pareció demasiado tierno… “Tom sería un buen
padre” se dijo sonriendo con estupidez
Jimmy volteó a ver hacia donde
Bill y Georg estaban observándolos, le hizo una seña a su hermano para que también
lo hiciera, el rubio volteó encontrándose con el vampiro más sexy e inocente
que podría existir, lo observó de arriba hacia abajo fijándose en esos jeans
negros pegados, esa camiseta roja también algo ajustada y los labios rosa de
ese chico, lo repasó con deleite hasta que se fijó en su acompañante.
Listing – dijo acercándose serio.
Kaulitz – le respondió el otro
de la misma forma, Bill los observó y supo que por alguna extraña razón eso no
era muy bueno, y no sabía que tan malo era que el rubio y el castaño se
hubiesen encontrado… no lo sabía, pero estaba a punto de averiguarlo…
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